POLIGONO VENEZIOLA GOLF.

 

 El campo de golf de Veneziola, situado en la zona norte de La Manga del Mar Menor, es un ejemplo de cómo un proyecto urbanístico especulativo puede acabar en un desastre ambiental y social. Lo que en su día se presentó como una oportunidad de desarrollo y ocio para la zona, se ha convertido en un foco de abandono, suciedad y riesgo sanitario.

El campo de golf de Veneziola se construyó sobre una parcela de casi 35.000 metros cuadrados que estaba destinada, según el planeamiento urbanístico original, a jardines y espacio dotacional público.

La idea original era ceder la explotación de las instalaciones a una mercantil (Ladera Dos Mares del Mediterráneo, ya en liquidación) quien se encargaría de construir, pegados al campo, “dos conjuntos de cinco bloques de diez plantas cada uno” que es donde estaba realmente el negocio1. Pero sucesivos cambios en los equipos de gobierno municipal provocaron que el proyecto se paralizara y que el campo de golf cerrara sus puertas en 2014, tras solo dos años de actividad1.

Desde entonces, el campo de golf de Veneziola ha quedado en un estado de abandono total, sin ningún tipo de mantenimiento ni vigilancia. La vegetación ha crecido de forma descontrolada, los hierros se han oxidado, las instalaciones eléctricas se han destrozado y los residuos se han acumulado1. El campo de golf se ha convertido en un vertedero y en un vivero de roedores, reptiles y otras especies que pueden suponer un peligro para la salud pública2.

Los vecinos de la zona llevan años denunciando esta situación y reclamando una solución al Ayuntamiento de San Javier, que es el propietario del terreno. Sin embargo, no han obtenido ninguna respuesta ni compromiso por parte de las autoridades municipales. Los vecinos exigen que se recupere el uso público de la parcela, que se limpie y se acondicione como un espacio verde para el disfrute de los residentes y los visitantes de La Manga del Mar Menor3.

El campo de golf de Veneziola es un símbolo de la mala gestión urbanística que ha sufrido La Manga durante décadas, y que ha provocado un grave deterioro ambiental y social de este enclave único. Los vecinos de La Manga del Mar Menor no se resignan a ver cómo su entorno se degrada y se pierde, y siguen luchando por defender sus derechos y su calidad de vida.