Jornada medioambiental - CALETA DEL ESTACIO.

 

Hoy, en la hermosa Caleta del Estacio, hemos vivido una experiencia inolvidable. Un grupo de voluntarios entusiastas y comprometidos con el medio ambiente se ha reunido para llevar a cabo una labor crucial: la retirada de plantas invasoras que amenazan nuestro ecosistema local. Pero no solo eso, sino que también hemos dedicado tiempo a la regeneración de espacios con plantas autóctonas, esenciales para preservar la biodiversidad y la belleza natural de nuestra región.

La jornada ha sido más que un simple acto de voluntariado; ha sido una demostración de la pasión y el compromiso que compartimos por cuidar nuestro entorno. Cada planta invasiva retirada y cada nueva planta autóctona plantada simbolizan nuestra esperanza y determinación para un futuro más verde y sostenible.

El trabajo en equipo y la colaboración han sido el corazón de esta iniciativa. Juntos, hemos aprendido, reído y, sobre todo, hemos hecho una diferencia tangible en la Caleta del Estacio. Este tipo de actividades no solo benefician al medio ambiente, sino que también fortalecen la comunidad y fomentan un espíritu de cooperación que trasciende el día de hoy.

Al finalizar la jornada, nos llevamos no solo la satisfacción de haber contribuido a un proyecto valioso, sino también la alegría de haber compartido un día genial con personas que tienen la misma visión de un mundo mejor. Estas experiencias nos recuerdan que, con pequeñas acciones, podemos lograr grandes cambios.

En la Caleta del Estacio, la naturaleza está de fiesta con la retirada de las especies invasoras. ¡Es como un reality show botánico donde las plantas autóctonas son las estrellas!

 La Adormidera marina, con su amarillo vibrante, parece que se toma una siestecita al sol, mientras que el Cuernecillo de mar posa con sus curvas de modelo para las cámaras invisibles. La Sisca fina, esa elegante hierba, se prepara para su próximo papel en una película de escobas voladoras. Los juncos, esos artesanos de la vegetación, tejen cestas y sombreros como si estuvieran en un taller de alta costura. El Chuzo, con su espiga redonda, parece un guerrero en miniatura defendiendo su territorio. Y la Siempreviva, esa diva de las dunas, se mantiene impecable sin importar el drama climático

. ¡Qué elenco tan natural y talentoso tenemos repoblando la Caleta!