Amanecer al norte de la Manga
En la franja de arena que separa dos mares de distinto color, se alza el sol con su luz dorada y pinta el cielo de esplendor. Los barcos se deslizan suaves sobre las olas que besan la orilla, mientras las gaviotas se hacen graves y cantan al día que se abre paso. La brisa trae aromas de sal y jazmín, de flores silvestres y frutas maduras, y me llena el alma de un dulce sentir que me hace soñar con aventuras. La Manga es un paraíso terrenal donde el tiempo se detiene y se olvida, donde el amanecer es un espectáculo sin igual que me regala la vida