PATRIMONIO Y BIENES DE INTERÉS CULTURAL CON CATEGORÍA DE MONUMENTOS
. TURISTIFICACIÓN DE LA ZONA. POTENCIACIÓN DE LOS BIENES DE INTERÉS CULTURAL CON CATEGORÍA DE MONUMENTOS Y EN TORNO DEL FARO DE EL ESTACIO
Los únicos BIC con categoría de “MONUMENTOS” que tiene la Manga del Mar Menor en el t.m de San Javier están en El Estacio con los restos de la torre vigía de San Miguel de El Estacio y en la zona de Veneziola con los
3 molinos salineros, dos de moler sal y otro de trasegar agua de las salinas acompañado de unas instalaciones hidráulicas anejas que también forman parte del conjunto BIC con la categoría de “monumento”. Restauración de los molinos y reconstrucción de la torre vigía de San Miguel, torre que forma parte del escudo de San Javier. Puesta en valor turístico con publicidad estática y establecimiento y/o señalización de rutas turísticas señalizadas u organizadas por la concejalía correspondiente. Acondicionamiento del entorno del faro de El Estacio con jardines, paseo, bancos, generando un entorno visitable y adaptado a todas las personas. Información del pecio del BAJO DE LA CAMPANA (barco fenicio de hace 2.700 años) Junto a Isla Grosa Instalación de pantallas digitales, información turística de la zona. (Zona Puerto Tomas Maestre, El Estacio, Ensenada Centro y Veneciola) Eliminación de los grafitis de todas las zonas. Están ofreciendo una imagen deteriorada del lugar. Limpiando los locales de los Centros de Transformación y/o embelleciéndolos con paisajes del entorno
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Como en todas las regiones áridas, desde la prehistoria, el hombre ha ingeniado métodos para aprovechar los escasos recursos hídricos de los que disponía, bien almacenando las aguas de lluvia o extrayéndolas del subsuelo mediante pozos. Así, en las comarcas del Campo de Cartagena y del Mar Menor, la presencia de estos sistemas, generalmente para consumo familiar, está muy extendida en las zonas rurales, junto a las viviendas o diseminados en los núcleos de población cercanos a las playas. Incluso los faros disponían de sus propios aljibes, como en el caso del Estacio.
Introducidos por los romanos, serían los árabes los que extendieron su uso. De hecho, la palabra aljibe deriva del vocablo árabe “Al Yibab”.
Son depósitos subterráneos generalmente de forma cilíndrica, impermeabilizados con una capa de mortero. En el exterior se instalaba un brocal, rematado por un garita o capilla, con puerta y tejadillo de forma apiramidada. Dentro de la garita se colocaba la carrucha de madera de la que colgaba una cuerda con un cubo o balde.
El Aljibe del Estacio, construido para el suministro de las familias y animales domésticos de los dos torreros que llevaban el servicio del faro, se construyó siguiendo el modelo de bóveda cilíndrica y garita exterior, muy común en el Campo de Cartagena.
El sistema de almacenamiento comenzaba en una poza, que recogía el agua de la lluvia, donde era decantada durante cierto tiempo para eliminar impurezas. El agua llegaba canalizada desde la poza y pasaba al aljibe a través de una rejilla.
La torre defensiva de San Miguel del Estacio fue una construcción militar que se levantó en el siglo XVI para proteger la entrada al Mar Menor de los ataques de los piratas berberiscos. Estaba situada en un punto estratégico, junto al canal que comunica el Mar Menor con el Mediterráneo, frente a la isla Grosa, donde se refugiaban los corsarios. La torre tenía planta circular, unos 17,50 metros de altura y un diámetro de 11,40 metros. Estaba formada por dos bóvedas interiores y una azotea, donde se colocaban dos cañones. También tenía un aljibe para almacenar agua. La torre estaba guarnecida por un alcaide y cuatro torreros, que se encargaban de vigilar el mar y disparar contra los enemigos. La torre sufrió varios daños por el uso de la artillería y el paso del tiempo, y en 1861 se decidió derribarla para construir un faro en su lugar, aprovechando sus materiales. El faro se encendió por primera vez en 1862 y todavía funciona hoy en día. De la torre original solo queda el basamento de piedra, que se puede ver junto al faroLa actividad salinera del la zona norte de La Manga antiguamente, te puedo decir que esta zona tiene una larga tradición de explotación de la sal, que se remonta a la época fenicia, púnica y romana. La sal se obtenía mediante la evaporación del agua del Mar Menor en unas balsas o albuferas, que se comunicaban con el mar mediante unos canales o encañizadas. Estas encañizadas también servían para la pesca artesanal, que todavía se practica hoy en día. Para facilitar el transporte de la sal, se construyeron tres molinos de viento junto al Mediterráneo, que se usaban para triturar los terrones de sal o para elevar el agua salada a las balsas. Estos molinos son los únicos vestigios que quedan de la actividad salinera en el norte de La Manga, y están en peligro de desaparecer por el abandono y el deterioro.
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